Estamos conectados unos a otros, navegamos en las aguas del Espíritu que nos abraza a todos. Comprender esto es nuestra maravillosa tarea, pero también lo es entender que nuestro ego vive en los condicionamientos del entorno, atado a los caminos consensuados. Por eso, te invito a expandir las fronteras de tu ego.
La meditación contribuye a que nuestro corazón se expanda y sintamos cada día un poco más la conexión que lo une todo.